
Pasaron 25 años desde que recibí, sorpresivamente, por correo postal, el CD de Rojo, titulado homónimamente, como se solía acostumbrar en aquél entonces. Aquella placa sorprendía porque supo amalgamar letra y música, combinando perfectamente ambos elementos que hacen a una canción. La sapiencial pluma de Emmanuel Espinosa fue, en ese disco debut, bien acompañada por el avasallante sonido del rock impuesto por el resto de la banda. Hoy, 25 años y una decena de discos después, en diálogo exclusivo con Emmanuel, dejó sus nostalgias y varias frases por demás interesantes.