En su nueva imagen solista, Pablo González, popularmente conocido por la vieja y querida banda Séptimo (de ahí lo de PabloSéptimo), lanzó “Uno”, su disco debut con ese formato. El título no pertenece a ninguna de las canciones, así que es de presuponer que se debe tratar de un primer volumen, o simplemente, de destacar que es un unipersonal.
En líneas generales, se trata de un disco digno de escuchar, con toques interesantes de pop y rock y con pasajes insólitos que muestran la versatilidad de un artista que se toma lo suyo muy en serio.
Buenas letras y melodías. Baladas están muy bien logradas. Y duetos a la altura de la circunstancia. Fabián Liendo (Kyosko) en “Vendaval”, Ulises Eyherabide (Rescate) en “Canción para ser feliz” y Lucrecia Durán en “Donde sangra”, le dan un toque atractivo a este buen trabajo de Pablo.
El segmento que escapa a la media del disco es, sin dudas, la canción “Tu consuelo”, que interpreta junto al célebre artista bailantero Antonio Ríos. Tal vez al seguidor de la banda pueda sonarle extraño, y hasta injustificado, pero no deja de ser un dato de color que con una mente y oído abiertos, puede ser perfectamente digerible. Lo mismo sucede con el cierre, una reversión del corte de difusión “Te llamé”, remixado al estilo de la música bolichera de los ’90.
Hay que resaltar con “Uno” que Pablo redondeó un buen regreso a estas pampas y que la gente que lo seguía, recibirá con los brazos abiertos esta propuesta. Y los que no lo conocieron en ese tiempo, tendrán otra muestra de que los ‘90 fue una década prolífica de buenos artistas cristianos.
El disco es superescuchable, sugiere buena compañía y se pasa rápido. Es para darle «repeat» en el Spotify.
En líneas generales, se trata de un disco digno de escuchar, con toques interesantes de pop y rock y con pasajes insólitos que muestran la versatilidad de un artista que se toma lo suyo muy en serio.
Buenas letras y melodías. Baladas están muy bien logradas. Y duetos a la altura de la circunstancia. Fabián Liendo (Kyosko) en “Vendaval”, Ulises Eyherabide (Rescate) en “Canción para ser feliz” y Lucrecia Durán en “Donde sangra”, le dan un toque atractivo a este buen trabajo de Pablo.
El segmento que escapa a la media del disco es, sin dudas, la canción “Tu consuelo”, que interpreta junto al célebre artista bailantero Antonio Ríos. Tal vez al seguidor de la banda pueda sonarle extraño, y hasta injustificado, pero no deja de ser un dato de color que con una mente y oído abiertos, puede ser perfectamente digerible. Lo mismo sucede con el cierre, una reversión del corte de difusión “Te llamé”, remixado al estilo de la música bolichera de los ’90.
Hay que resaltar con “Uno” que Pablo redondeó un buen regreso a estas pampas y que la gente que lo seguía, recibirá con los brazos abiertos esta propuesta. Y los que no lo conocieron en ese tiempo, tendrán otra muestra de que los ‘90 fue una década prolífica de buenos artistas cristianos.
El disco es superescuchable, sugiere buena compañía y se pasa rápido. Es para darle «repeat» en el Spotify.