Martín Guerrera es un tipo común. Sin grandilocuencias ni movidas marketineras pomposas, se supo hacer un lugar en el ámbito de la música góspel a fuerza de buenas composiciones y bonitas melodías. En especial, su segundo disco, “Jesús, punto de encuentro”, que sirvió de inspiración para congregaciones que han adoptado algunas de sus canciones en sus repertorios.
En esta distendida charla, Martín desanda el camino que lo deposita en este presente, que lo tiene ocupado en lo que será su tercer trabajo discográfico. Y también habla de otros temas.
En tiempos de música digital y de lanzamiento de canciones sueltas, ¿seguirás apostando al formato CD para tu próximo trabajo o te unirás a la “moda Spotify”?
Si bien mis dos primeros discos fueron del viejo formato, y hoy están en Spotify, ya tuve la experiencia de grabar y publicar una canción aislada. La canción se llama “Solo a ti” y salió a luz hace más o menos 1 año. Pero puntualmente hablando del tercer disco la idea es ir entregando de a 4 temas por vez, hasta llegas a 10 temas.
Con casi una década de trayectoria, ¿qué ves, a lo lejos, de aquél jovencito que se iniciaba en la música en Junín y qué cosas de aquellos inicios aún perduran en tu diario andar?
Creo que como todo lo que uno hace, el hacer te da experiencia, contacto, te relaciona con las personas que te hacen crecer. Creo que eso fui ganando, amigos en el procesos, conocidos, malas experiencias, vivencias y sobre todo buenas experiencias que me han hecho crecer y aportar a lo que hoy soy. Y lo que perdura creo es mi esencia, mi lugar, mi ganas de compartir y ser parte una historia.
“Tú crees en mí”, se puede decir que es un disco conceptual con bonitas canciones que llevan una línea compositiva que resaltan atributos de Dios. Con “Jesús, punto de encuentro”, además de tratarse de un disco de adoración, la lírica lleva más a la relación con Dios. ¿Cuál será la línea musical y compositiva de tu próximo álbum?
El tercer disco también tiene como idea poder llevar a las personas a la relación con Dios, pero con el enfoque en Dios en SU totalidad y en su particularidad. Padre, Hijo y Espíritu. Hablar sobre la Trinidad será el tema principal.
Uno de los principales males de muchos cantantes en este tiempo es la falta de perseverancia. Sin embargo, con solo dos discos en una década, vos seguís a paso firme hacia tu próxima producción. ¿Cuál es, a tu criterio, la receta para mantener esa permanencia?
Paciencia. Paciencia y tener claro que es el propósito de Dios para vos. Saber que, quizás, lo poco que he hecho ha sido y es de bendición a otras personas. Eso es de aliento. Y pensar que siempre hay alguien que puede ver lo que uno hace como inspirador para acercarse más a Dios. Y seguir… y mirar la meta.
Más allá de la puja de muchos artistas cristianos por trascender en el circuito comercial, es innegable la existencia de un ámbito cerrado en el que la música cristiana se plantó a modo de bastión, y con poco interés de traspasar esa línea que la deposite en otros círculos artísticos. ¿Qué análisis hacés al respecto? ¿Cómo se logra una influencia artística si se está encerrado en una cápsula donde todos cantan lo mismo? ¿Creés que existe una música para evangelizar y otra para consumir puertas adentro de la iglesia?
La música es música, el uso y su función lo dará el púbico que la reciba y haga suya. El medio cristiano actual está cerrado a ciertos artistas y a cierto formato. La gente ha comprado eso y compra. Acceder a eso es casi imposible y cruzar esa línea no es solo cuestión de calidad. Hay muchos que tienen esa calidad, pero no han podido cruzar la línea del círculo cerrado.
Y al resto le queda un público y un espacio super grande en los que esos artistas quizás no llegan o parecen lejanos. Lo difícil en Argentina es lograr la masividad, no por la fama, sino como sueño de que muchos conozcan lo que uno hace.