El domingo pasado el Luna Park fue testigo de una batalla sin precedentes hasta el momento. Allí la discusión sobre la ley del aborto afloró en la disputa entre Dozer Linaje (último campeón de la edición anterior) y Roma, una de las dos mujeres que participaron de la competencia. Ambos se cruzaron en los cuartos de final y evidenciaron claramente sus habilidades ante más de diez mil almas que colmaron el mítico estadio de box.
En la primera ronda, el rapero conocido por la defensa de sus valores cristianos demostró claramente su superioridad tanto en las rimas como en la métrica. Sin embargo, su oponente que apeló en reiteradas oportunidades al insulto y al agravio como único recurso se valió de la ideología de género para ganarse el favor popular con su frase final.
Aunque para el jurado no fue notoria la superioridad de Dozer en el primer round donde, literalmente, la arrinconó en el cuadrilátero, ni tampoco los escasos recursos de estilo que mostró la exponente feminista. Para los compatriotas Dtoke y Wos les pesó más la presión de la tribuna al lavarse las manos como Pilato que entregó a Jesús a pedido de la gente. Mientras que el mexicano Aczino fue más ecuánime al pedir una réplica que hubiera sido lo mejor para desempatar la contienda.
De este modo, el espíritu inquisidor que perseguía a los herejes en la época medieval se hizo presente en el tribunal de Red Bull esta vez para condenar a aquellos que piensan diferente al marketing del aborto legal y gratuito. Es hora de reflexionar, porque aquí no ganó el mejor sino el exponente políticamente correcto. Algo que resulta paradójico, en un ámbito donde la libertad de expresión es el principio de las rimas y de la buena convivencia.