Evocación: Damián Sileo
Eran tiempos de servicio militar y viajaba en uno de los últimos colectivos de la línea 165, rumbo a mi casa, luego de una agotadora jornada como colimba.
En medio del trayecto, a la altura de la plaza que está frente a la estación de Remedios de Escalada, se veía un tumulto de gente agolpada frente al escenario. Al aire libre, muchas luces y una banda de rock tocando allí. El paso fue fugaz, pero lo suficiente como para haber captado mi atención. Tiempo después me enteré que se trataba de Heart-u-Heart, una banda que evangelizaba a través del rock, y que había sido fundada por Steve Hill, un misionero norteamericano que andaba por estas latitudes.
En su periplo por Sudamérica pareció haber levantado músicos de diferentes países con el fin de armar algo así como un Dream Team del rock. Los hermanos Ronald y Abel Barba y Yuri Antequera desde Bolivia, Gabriel Ochoa de Argentina y Hugo López de Chile, formaron esta especie de Selección rockera que sacudió el letargo post Mundial ’90 y movilizó a miles de jóvenes cristianos a una nueva era en la música de aquél entonces.
Sin dudas, la imagen de Hugo López sobresalía en la banda. Y no porque el resto de los músicos no se destacaran, al contrario: el tándem Barba-Barba era el ideal para darle soporte y brillo al increíble carisma que Hugo despilfarraba sobre el escenario. Era evidente que llevaba el rock en la sangre, aunque no tenía inconvenientes en entonar algún viejo himno de antaño, o un bolero, llegado el caso. Ductilidad, que le dicen. No sé. Pero el tipo hacía de todo.
Llegó el tiempo de su etapa solista, o formando su propia banda. Uno recuerda Penthium, como aquél experimento de Hugo de transitar por corrientes más metaleras. Hasta desembocar en un simple “Hugo López y su banda”.
Llegó a sacar un disco que, entre otras particularidades, contó con Mario Ian como invitado en una de las canciones emblemáticas que interpretaba Hugo: “El Cielo”. Ese cielo que tan bien describía la magnífica letra es hoy su nuevo hogar. Dios decidió llevárselo en la madrugada del 13 de mayo de este fatídico 2021. Pero quedará en nuestra memoria los gratos recuerdos de aquellas gloriosas noches rockeras que nos hizo vivir durante nuestra juventud.